Diez mil horas

Cuentan en El País de este domingo 22 que el factor fundamental para desarrollar el talento es tener tiempo para practicar, y ese tiempo parece estar contado en unas diez mil horas de práctica y aprendizaje antes de la edad adulta si quieres llegar a la genialidad (http://ow.ly/vx1). Un profesional del ramo mete dos mil horas al año incluyendo unas cuantas horas extra a nada que tengas un par de entregas para ayer. Así que diez mil horas equivalen a trabajar cinco años como un descosido.

El artículo cita la historia de los Beatles, que se bregaron tocando 270 noches en clubes de striptease de Hamburgo, en sesiones de ocho horas. Como su repertorio no daba para tanto, tuvieron que hacer versiones, tocar varios estilos y, en general, hacer cosas que no les apetecían. Así, sumando bolos aquí y allá, acumularon mil doscientas actuaciones antes de su primer éxito. Hoy en día, un grupo moderno no llega a mil doscientos conciertos en el transcurso de toda su carrera.

Esto es interesante en el oficio, que es muy autodidacta, y para el que prácticamente no hay formación reglada, y además esta se queda anticuada enseguida. Teniendo en cuenta que un plan de estudios universitario se tarda dos o tres años en perfilar, ¡es probable que las materias estén desfasadas antes de empezar a impartirlas! ¿No os pasa que, si miráis atrás, tenéis la sensación de haber tenido que organizaros vuestra formación ad-hoc?

En realidad, nada que no supiéramos. Pero ahora parece haber una confirmación científica. El artículo explica que los factores ambientales (cualidades innatas, educación, entorno familiar favorable, empezar a edad temprana, no tener que trabajar demasiado pronto en un empleo de subsistencia) son importantes. Pero ese apartado, que es achacable a la suerte, no es crucial como lo es el hecho de que te dediques en cuerpo y alma. No depende del Destino. Depende de ti. Y ahí entran las ganas y la pasión.

Hay un dicho clásico que se cita a menudo: audentes Fortuna juvat! (La Fortuna ayuda a los audaces). La frase mola un rato, es vibrante, vigorizante. Lo que la gente olvida mencionar es que Plinio el Viejo se mató poco después de exclamarlo. Hay otro punto interesante: la genialidad, el talento, no implican ni la felicidad ni ser buena persona. Es algo que se suele pasar por alto. Así que tampoco es cuestión de exagerar. Para la gente normal, nos basta saber que todo es cuestión de curro. Así que mejor digamos que la suerte sonríe al que se prepara.

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Joe Fox en el remake de El bazar de las sorpresas: ‘A las trincheras, lucha a muerte’

Postdata bikoniana: estos días he hablado con algunos de vosotros sobre asuntos parecidos y me doy cuenta de que este post puede parecer una indirecta. No lo es.

Postdata wordpress: al meter el enlace a El País, se me borra el post, así que meto una URL corta.