Amor por la marca: webs corporativos seductores y… pegatinas

Últimamente no paro de leer artículos que aventuran el declive de la web corporativa. Es el caso del post, de Gaby Castellanos, «La Web y el Microsite han muerto. Viva el Social Media», o el de Marc Cortés (inspirado en el anterior) que puntualizaba «¿la web ha muerto? lo que ha muerto es la marca como foco de adoración».

Y luego está este vídeo, «Cambios dramáticos en la realidad del marketing», que me gusta especialmente por cómo exponen la idea, con guiños humorísticos y una representación visual que no deja lugar a la duda… ¿o sí?

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Lo que está claro es que, con todo lo que ha cambiado internet, sería absurdo pensar que la comunicación y la presencia online de las marcas no vayan a sufrir modificaciones. Que éstas sean tan dramáticas como la apuesta corporativa de BooneOakley.com o la de Skittles, es otro cantar. Pueden parecer casos extremos, pero ¿no lo sería también plantear que la web corporativa se extingue?

Tengo la sensación de que los que trabajamos en el medio online creemos (con diversas puntualizaciones) que ese día está cercano, pero que el resto del mundo va a otro ritmo. Me explico. Mientras hablamos de que las marcas han perdido su terreno, que se han convertido en un actor más de la conversación, parece existir una gran masa de personas que utilizan los socialmedia a diario (por ejemplo, los adolescentes) y hablan de las marcas en ellos, pero que además, en su vida física, tangible, material…, siguen adorando las marcas exáctamente igual que hace años.

Por ejemplo, ayer me sorprendía descubrir cómo, en una peña (sociedad, garito) de jóvenes, colocaban en su puerta una pegatina de la marca de ropa Carhartt como sello de identidad. Y es que, como dice +joanjimenez en «No me compres», somos lo que consumimos. O al menos nos gusta pensar que reflejamos la imagen de lo que consumimos. ¿No es esto amor por las marcas?

Y en un caso así, ¿tendría sentido que, por ejemplo, Carhartt eliminara su site corporativo y se volcara únicamente en el diálogo en redes sociales?
Parece lógico pensar que aquellas personas que se han lanzado a poner en su peña una pegatina (¡¡una pegatina, madre mía, si no hay nada tan 1.0!!) estarán interesados en consumir más sobre la marca. Y no digo tanto conversar con ella (que también, y el lugar para ello está claro), sino para conocer qué nuevas tiendas han puesto en marcha, por ejemplo. Algo que podría contar la marca en Facebook perfectamente, pero que no llegaría a aquellos clientes que no fueran tan fans como para seguirles de forma continua.

El Gobierno de Suecia intentó, de hecho, hacer algo parecido al caso de Skittles, sustituyendo su site ¡institucional! por referencias a su presencia social en las distintas redes.
Resultado: tuvo que retroceder sobre sus pasos y publicar de nuevo http://www.sweden.se. No parece prudente, por tanto, tirar para los extremos mientras no maduren los socialmedia, el marco de presencia corporativa en ellos e incluso sus propios consumidores.

Me encanta una frase del prólogo de «No me compres», de Laia Orpella: «Las redes sociales no son un mundo aparte, seguimos siendo los mismos de siempre, aunque ahora hiperconectados». Tanto hablar de la Generación Einstein y los nativos digitales nos ha hecho pensar que las nuevas generaciones llegan tan enchufadas que métodos de comunicación «arcaicos» como el site corporativo, la publicidad, etc. se van a quedar en la cuneta.

Puede que os sorprenda saber, a mí al menos me sorprendió, que, de los 40 universitarios de 1º de Comunicación que este año he tenido en clase, todos usaban diariamente Tuenti, la mayoría Facebook, pero sólo uno de ellos conocía y tenía Twitter y más de la mitad desconocía lo que era un post, los rss, un widget o el término ¡url!.

Supongo que es este perfil de usuario el que coloca la pegatina de Carhartt en su peña o al que le seducen acciones publicitarias que poco tienen que ver con los socialmedia, más allá de que utilicen Youtube para viralizar sus acciones. Es el caso del llamado «Flashmob«, que viene a ser un streetmarketing bailable :)) que apasionó a mis alumnos de ¡4º!, como éste de T-Mobile en Liverpool Street o el de Beyonce en Picadilly Circus. O el caso de acciones ejecutadas en soportes tan 1.0 como son el cine o el teletexto.

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Este tipo de estrategias de marketing, así como el buen site corporativo, buscan seducir al usuario. Ni siguiera que les compren, sino que les amen. Y es el mismo objetivo que tiene la marca que entra en los socialmedia. Parecen planteamientos complementarios si todos tienen un fin común, ¿no? Mejor sumar y evolucionarlos todos, que restar.

Me parecen buenos ejemplos de sites corporativos los de aquellas empresas que, no sólo están presentes en las redes sociales (dialogando en condiciones), sino que además le han dado un extra a sus webs:

1. Es el caso de Lego o NikeID (que permite diseñar tu propia zapatilla -ver más en «El branding en tiempos del cólera»-). Son marcas que utilizan Internet para desplegar servicios de valor añadido. Otro caso similar sería el de realmadrid.com, que ha colocado una interfaz previa al portal informativo con accesos directos a lo que ellos pueden darte en exclusiva: venta de entradas, carnet de fidelización…
No es la panacea de lo que debería ser un web corporativo, pero muestra cómo la entidad ha sabido priorizar los servicios más demandados por los usuarios frente a la necesidad interna de difundir noticias sobre el club (que eso, ya se lleva a cabo en otros soportes y por multitud de emisores).

El Naturalista2. También me gusta el posicionamiento de clientes nuestros como el Naturalista, que desarrolla en su web conceptos como el inconformismo, la curiosidad, la naturaleza, los pequeños detalles o la experiencia de vivir, caminar y avanzar, para transmitir sensaciones y lograr ese amor por la marca. De hecho, ellos tienen muy claro que no pretenden vender más con su site y, por eso, apuestan menos por seguir desarrollando su tienda online frente a otras secciones centradas en su propia filosofía.

Boletín Turismo3. O el caso de las newsletters del departamento de Turismo de Gobierno de Navarra. Este mes de noviembre se cumplen 3 años del lanzamiento del primer boletín. En aquel entonces, no se llegaba al millar de suscriptores y hoy se multiplican por diez.
Desde ese primer número, se han mantenido las áreas informativas principales, pero, en el último año, se ha fomentado la participación de los turistas que pueden enviar sus propias historias y verlas publicadas en la web, además de ganar un fin de semana en un alojamiento turístico de la Comunidad Foral.

La mayor evolución de estos boletines, ha sido indudablemente la gráfica. Este año destacan por una mayor integración y una separación más clara de los diferentes apartados, destacando en primer lugar el trabajo de los turistas que han presentado sus historias. Estos cambios han permitido obtener mejores resultados de conversión. Los más de 9.500 boletines enviados tienen un ratio de visualización del 60%. Pero es que, además, son boletines que los usuarios consultan también desde la web, por lo que, al final, las visitas a estos boletines ascienden a más de 10.500.

Se trata de dos ejemplos de empresas que aun recorrerán mucho en cuanto a comunicación social, pero que, a día de hoy, ya están utilizando sus sites corporativos para lograr seducir al usuario, para crear amor por la marca, algo complicado de lograr en estos momentos en otro tipo de plataformas.

Porque no se trata sólo de si la empresa necesita crear marca, sino de que los propios usuarios desean consumir marcas (el éxito de tiendas como Privalia o Vente-privee avala esto), asociarse a ellas, sentirse indentificados con sus valores, poner su pegatina…

Y si no, que se lo digan a los amantes de Apple y su iCoches. :))